Carlos tiene 27 años y se registró en BeTheMatch como posible donador a inicios del 2010, con la esperanza de que algún día pudiera salvar la vida de otro mexicano.
La primera vez que lo llamaron todavía estaba en la escuela: “Recuerdo perfectamente que salí del salón porque me llamaron varias veces. Cuando me dijeron la información yo brinqué, me emocioné muchísimo. Después me hicieron una serie de preguntas y cuando regresé al salón me preguntaron que por qué tanto brinco y alegría afuera. Estaba feliz”.
Un par de días después, Carlos asistió a una sesión informativa pero tal fue su emoción, que desde que recibió la llamada hasta el momento de la cita se puso a estudiar todo lo del sitio de BeTheMatch. Su mamá lo acompañó y él dice que al final resultó ser la más preguntona: “Ella se quería informar más y tenía muchas dudas. No sabía ni que me había registrado. A mí me daban la información y yo así de “ah, sí, claro, claro’. Yo ya estaba listo, no lo pensé, dije que sí a todo rapidito”.
Días antes de la donación, le colocaron su primera inyección de la medicina (medicamento para aumentar la producción de células precursoras de glóbulos sanguíneos) en el brazo derecho y estuvo en observación como una hora.
Desde el día siguiente y durante los otros tres días consecutivos que recibió inyecciones, los síntomas del medicamento fueron aumentando pero pudo quedarse en casa. Para la última inyección sí tuvo que ir al hospital.
“El día de la donación me hicieron un último examen de sangre y luego me pasaron a un cuarto para conectarme. Me pusieron una aguja en cada brazo”. Una de ellas ayudaría a pasar su sangre a una máquina que tiene una tómbola cuyo movimiento permite que las células se separen por su tamaño y peso, así se puede distinguir a las células madre y ésas son las que se conservan. La sangre restante regresó al cuerpo de Carlos por la otra aguja.
“Ese día me conectaron a las 9 am aproximadamente y me desconectaron a la 1 pm. Estuve casi cuatro horas así. Fue muy rápido porque tenía muy alto el conteo de células progenitoras. Cuando me desconectaron sentí una alegría inmensa por lo que acababa de hacer”.
Carlos no conoce a su receptor pero BeTheMatch le dijo que era un hombre de aproximadamente 45 años. Eso lo llenó de más orgullo aún: “pensé en mi papá porque tenía casi la misma edad en aquel entonces, e imaginé que podía ser él el que necesitara un trasplante”.
No puede definir con palabras lo que sentiría si tuviera enfrente a la persona que recibió sus células: “¡me daría tanta emoción verlo con vida!”.
Carlos donó células progenitoras debido al compromiso que hizo con BeTheMatch para salvar una vida y eso no se da todos los días. Lo supo desde que se registró y lo tuvo tan presente en todo momento que quiso recordarlo para siempre: “La experiencia más memorable que tuve en todo este proceso fue cuando me saqué una selfie con el saquito de sangre que acababan de extraerme porque fue un momento único, es una vida que voy a regalar”.
Tú también puedes ser un héroe. <a href=”https://btm-mx.lndo.site/eventos/”>Regístrate</a>.